Es una raíz artificial de titanio, (material biocompatible) que se coloca en los maxilares permitiendo reemplazar con mucha estética y naturalidad a la pieza dental perdida.
Se pueden colocar uno o más implantes dentales en el hueso maxilar, facilitándonos la construcción de prótesis fijas.
Cuando la carencia de piezas es total se realizan de dos a ocho fijaciones (implantes) para tener mayor estabilidad y se coloca la prótesis fijas sobre los implantes dentales que permiten rehabilitar toda la boca con nuevos dientes.
El uso de esta técnica quirúrgica moderna permite al paciente que ha sufrido una pérdida dental, una recuperación plena de la función masticatoria y de la estética bucal.
El proceso de osteointegración, se define como la unión mecánica firme, directa, estable y duradera producida entre el hueso vivo maxilar y el cuerpo de un implante dental de titanio, que acontece sin interposición de tejido conectivo.
Para que se produzca la osteointegración, hay que realizar una correcta técnica quirúrgica, dependiendo el éxito de la presencia o ausencia de procesos inflamatorios, del diseño del implante y del tiempo en el que el implante se mantenga libre de cargas, que debe ser alrededor de 4 a 6 meses.
En la actualidad, las técnicas más avanzadas como los implantes de carga inmediata permiten proporcionar una prótesis con dientes fijos sobre implantes osteointegrados a los pocos días o incluso a las horas de su colocación.
Existen muy pocas contraindicaciones absolutas, entre las que podemos destacar enfermedades graves que influyan en el metabolismo del hueso, infecciones específicas, tumores malignos que afecten al hueso, o radioterapia en grandes dosis.
Es importante decir que los implantes dentales no provocan rechazo en el organismo, comúnmente cuando se habla de rechazo se refieriere a una no oseointegración del implante dental (se estima normal un nivel de fracasos del 2% a 5% de los implantes colocados).
Cuando un implante dental no se osteointegra se puede volver a colocar otro para sustituirlo.
Se trata de una intervención ambulatoria, esto quiere decir que el paciente se trata en nuestra clínica dental.
La intervención se lleva a cabo en la mayoría de los casos mediante anestesia local.
En intervenciones de larga duración (rehabilitaciones completas, elevaciones de seno maxilar, regeneración ósea) se puede recurrir a la sedación endovenosa realizada por un medico anestesista en la clínica dental.
Al contrario de lo que pueda parecer, en muchos casos el post-operatorio supone menos molestias e incomodidades que otras intervenciones menores en Odontología.
Un implante a veces puede ocasionar molestias en la encía durante el proceso de cicatrización de la herida por lo que se prescriben analgésicos o antiinflamatorios según el tipo de intervención.
Es fundamental tener una buena higiene durante este periodo para evitar sobreinfecciones de la encía.
Normalmente se prescriben antibióticos por seguridad.
En los algunos casos aparece frecuentemente hinchazón durante los primeros días que suele remitir espontáneamente a las 72 horas, si bien no resulta dolorosa y permite hacer vida normal.
Las prótesis pueden colocarse tras tres a seis meses de espera una vez realizada la cirugía.
Los implantes se pueden colocar en los jóvenes una vez completado el desarrollo, normalmente a partir de los dieciséis años en las mujeres y dieciocho en los hombres. En los adultos no existe contraindicación en razón de la edad.
Básicamente existen dos formas de rehabilitación protésica sobre implantes:
La prótesis fijas en zirconio o en metal-porcelana, que nos proporciona el mayor nivel de estética, comodidad y función, y la prótesis removible (de quitar y poner), realizada en resina y que supone una opción más económica al ser un tratamiento menos sofisticado, (sin dientes) y que necesitan más matenimientos.
Para ello en clínica, el odontólogo toma impresiones y registros de mordida que posteriormente enviará al laboratorio donde el protésico vacía, o positiva, las impresiones en yeso, y confecciona sobre los modelos resultantes las estructuras de la prótesis fija con cera.
Estos encerados se incluirán en revestimientos especiales resistentes a altas temperaturas, y se procede al colado en metal con distintas aleaciones. El último paso podría ser montar la cerámica sobre las estructuras metálicas, dependiendo del tipo de prótesis fija a realizar, ya que también existe la posibilidad de realizar las coronas y puentes en porcelana pura (sin metal) o sobre una base de un material blanco llamado alúmina o zirconio que en este ultimo caso se utiliza la innovadora tecnología de cadcam.
Los implantes correctamente colocados garantizan unos resultados estéticos en la mayoría de los casos muy superiores a la dentadura original del paciente.
El paciente debe tener claro que no sólo conseguirá una boca sana sino además una sonrisa estética. Esas deben ser sus exigencias.
Unos implantes bien colocados y de tamaño proporcional a la carga que han de soportar (a mayor tamaño mayor seguridad) son para toda la vida.
Las condiciones fundamentales para garantizar el éxito son:
1. La correcta planificación del caso concreto.
2. Las manos y la experiencia del cirujano (el tamaño del implante y su correcta colocación).
3. La elaboración de la prótesis teniendo en cuenta las cargas que ha de soportar y el correcto ajuste para evitar fuerzas anómalas que supongan un sobreesfuerzo de los implantes.
Quizás el riesgo más significativo es la pérdida de sensibilidad en la zona del labio inferior cuando durante la intervención se toca o se secciona el nervio mentoniano, dicha pérdida de sensibilidad puede ser temporal o permanente. Por ese motivo hay que ser especialmente cuidadoso cuando se opera en esa zona porque no nos vale tocar el nervio con un implante demasiado largo pero tampoco nos sirve un implante demasiado corto que no aguante la carga a la que será sometido.
Por otro lado es fundamental que los implantes estén correctamente colocados desde un principio, puesto que una vez que éstos se oseintegran quedan “soldados” al hueso y si fuese necesario extraerlos perderíamos mucho hueso maxilar, lo cual complicaría enormemente una rehabilitación y por supuesto los resultados nunca serían los mismos.
Hoy en día disponemos de técnicas avanzadas para realizar cirugías en casos extremos. Se puede recurrir a elevaciones de seno maxilar e injertos que pueden ser autólogos (propios del paciente) o de otros tipos, con un porcentaje de éxitos elevadísimo. Afortunadamente son rarísimos los casos en los que un paciente que desea ser rehabilitado no puede serlo. El campo de la regeneración ósea es sin lugar a dudas uno de los principales avances en la Implantología de los últimos años.
Para los pacientes con piorrea los implantes son “LA SOLUCIÓN”. Tradicionalmente este tipo de pacientes estaban ineludiblemente abocados a perder sus dientes. El único tratamiento que podíamos ofrecerles era una higiene escrupulosa y periódicas visitas a la consulta para realizarse tratamientos periodontales. La perspectiva final siempre era la misma: la dentadura completa de quitar y poner.
Ahora los implantes han revolucionado la forma de tratar a estos pacientes, es importantísimo saber que los largos tratamientos periodontales no solo son inútiles sino que son perjudiciales porque mientras se hace un esfuerzo para conservar la pieza natural no podemos evitar que la enfermedad siga su curso y vayamos perdiendo hueso. Hay que saber cortar ese proceso antes de que sea demasiado tarde. El hueso es fundamental para una buena rehabilitación y para un resultado estético. En los casos extremos es muy difícil lograr estética.
Quizás sea el único caso el la Medicina en el que el sustituto artificial tiene una mejor funcionalidad que el órgano original. Un implante que trabaja correctamente en la boca (porque está colocado en la posición idónea y soporta una carga axial y proporcional a su tamaño), tiene una durabilidad muy superior a la vida natural de un diente.
Al Hablar de implantes sin cirugía estamos hablando de procedimientos de cirugía a ciegas guiada por ordenador. Todos estos sistemas utilizan una plantilla elaborada previamente sobre la cual hay que adaptar los implantes y que nos permite colocarlos sin tener que abrir la encía ni dar puntos. Lógicamente la intervención es menos invasiva, pero una mínima variación en la posición en boca de la plantilla podría dar problemas.
Solamente es recomendable hacerlo en casos muy concretos y favorables. Aún así la calidad de la prótesis que se puede ofrecer en estos casos está muy condicionada por el factor tiempo. En estos casos nosotros ofrecemos dientes provisionales en resina que luego serán sustituidos por los definitivos en cerámica de máxima estética. Los tratamientos en cerámica no pueden realizarse en el día, solamente es posible hacer prótesis de resina prediseñada, por lo tanto no personalizada.
Aquellos que hemos comentado en la pregunta anterior, en los que la prótesis se coloca el mismo día de la cirugía.
19.Implantes de circonio ¿ Cuales son sus ventajas respecto a los de titanio?
El zirconio es un excelente material en el campo dental, tiene una máxima biocompatibilidad (la misma que el titanio) y permite realizar prótesis de una estética insuperable. Sin embargo su uso en el ámbito quirúrgico en odontología es reciente y muy minoritario. Se puede decir que como implante, es decir dentro del hueso, no aporta ninguna ventaja añadida con respecto al titanio. Es una opción del profesional.
El zirconio es un excelente material en el campo dental, tiene una máxima biocompatibilidad (la misma que el titanio) y permite realizar prótesis de una estética insuperable. Sin embargo su uso en el ámbito quirúrgico en odontología es reciente y muy minoritario. Se puede decir que como implante, es decir dentro del hueso, no aporta ninguna ventaja añadida con respecto al titanio. Es una opción del profesional.
Ésta técnica no consiste en un “blanqueamiento” del diente propiamente dicho, sino en un aclaramiento, ya que no se altera el color propio del diente.
El color de un diente viene determinado, desde que nacemos, por la tonalidad del núcleo del diente (dentina) y por la transparencia y capacidad de refracción de la luz por el esmalte.
El color del núcleo no se altera, sin embargo, con el tiempo el esmalte se va tiñendo a base de sustancias colorantes como pueden ser el tabaco, los pintalabios, el café, el té, el tomate, pigmentos químicos, bebidas de cola, uso de determinados medicamentos, etc.
En consecuencia, el blanqueamiento dental consiste en eliminar del esmalte, por medio de sustancias químicas, todas aquellas partículas que alteran su color original.
Básicamente los blanqueadores utilizados son 2: el peróxido de hidrógeno y el peróxido de carbamida, ambos en concentración variable.
El peróxido de hidrógeno es más potente y eficaz, pero resulta a veces en un exceso de sensibilidad en los dientes tras el tratamiento.
El primero de ellos suele emplearse a concentraciones entre 35 y 38% para realizar blanqueamientos de 1 ó 2 sesiones en la clínica dental.
Al ser un agente tan potente, el tratamiento ha de llevarse a cabo en la clínica para controlar su efecto y evitar riesgos; el segundo se emplea a concentraciones entre un 2 y un 10% para un tratamiento ambulatorio (en casa).
El tratamiento en la clínica es eficaz a priori, pero su efecto es poco duradero, ya que la primera sensación de aclaramiento se produce debido a una deshidratación del diente. A los pocos días, el diente se vuelve a hidratar y recupera casi por completo su estado original.
Por el contrario, el tratamiento ambulatorio consigue el efecto más paulatinamente, sin embargo su acción puede prolongarse en el tiempo durante años.
Lo más efectivo es combinar ambos tratamientos y aplicar dosis de refuerzo cada 2 o 3 años para mantener el resultado.
En una primera visita se realizan unas réplicas de la boca del paciente, a partir de las cuales se confeccionarán unos moldes de plástico transparentes, que se adaptarán a los dientes y albergarán el gel blanqueador.
Una vez hechos los moldes el blanqueamiento se realiza en 2 fases, una fase en la consulta y otra en casa:
1ªFASE
En esta primera sesión se realiza un pulido de la superficie de los dientes para eliminar impurezas. A continuación se aplica un gel de peróxido de hidrógeno al 35% durante 30 minutos. Esto produce un aclaramiento inicial importante.
2ª FASE
El mismo día se le entrega al paciente el molde de plástico y una jeringa de gel de peróxido de carbamida (3-10%). A partir de este momento el tratamiento continúa en casa. El paciente debe aplicar el gel en el molde y colocarse este último en los dientes. Se recomienda llevarlo unas 2 horas al día durante 7-10 días. Al finalizar el tratamiento re revisa el estado y el color de los dientes, comparando mediante fotografías y una guía de colores el resultado obtenido.
Se concluye con un pulido de los dientes y una aplicación de flúor para reforzar el esmalte.
La eficacia del tratamiento es proporcional al grado de tinción de los dientes que han sido oscurecidos a lo largo de los años por sustancias colorantes.
El tratamiento resulta menos eficaz, e incluso inútil, en dientes oscurecidos por alteraciones intrínsecas, como ingesta de tetraciclinas durante la infancia, hipoplásias congénitas de esmalte, etc.
La American Dental Asociation (ADA), tras un riguroso seguimiento de varios años, señalaba que no existen efectos perjudiciales ni para los dientes ni para la salud por el uso, incluso prolongado, de estos geles blanqueadores.
Según los expertos, la única desventaja que puede presentarse es sensibilidad en las encías durante los primeros días.
En cuanto a la duración del efecto blanqueador, depende en gran medida del tipo de alimentación que siga el paciente tras el tratamiento. Así, en una persona fumadora, que bebe vino y toma café regularmente, el efecto del blanqueamiento se perderá con más rapidez.
De acuerdo con la Asociación Dental Americana (ADA), al cabo de 5 años, sólo un 20 por ciento de los casos estudiados habían perdido ligeramente la tonalidad conseguida.
No obstante, los primeros días tras el tratamiento, hay que seguir una “dieta blanca”, que consiste en tomar alimentos sin colorantes, como leche, yogures naturales, arroz, pasta, pescado… y eliminar radicalmente todos los que “tiñen” (café, bebidas de cola, remolacha, chocolate, tomate, zanahoria…). Una vez al año conviene hacer un tratamiento de recuerdo para mantener el resultado, es decir, volver a aplicar el gel en el molde durante 2 ó 3 días.
La endodoncia es un tratamiento consistente en eliminar el tejido pulpar de la pieza dental y sustituirlo por un relleno inorgánico para garantizar la hermeticidad interna de la pieza.
1. Limpiar el sistema de conductos radiculares: Bacterias, tejido necrótico, etc. con el fin
de dejar el conducto lo más aséptico posible. Nunca se conseguirá que sea totalmente estéril
ya que tratamos solamente el conducto principal de cada raíz y no los numerosos conductos
accesorios.
2. Una correcta obturación con forma y tamaño adecuados: Se da forma cónica de la
corona al ápice del diente. Se crea un tope oclusal para que se quede justo a la longitud de
trabajo, esto es que el relleno esté ajustado a la longitud de la raíz y, por último, habrá que
respetar la morfología original del conducto.
3. Conseguir el sellado apical y del resto del conducto: Aislándolo del resto del organismo.
4. Conseguir un cierre biológico: los cementoblastos del muñón periodontal van a producir
cemento que cierra el ápice, consiguiendo el éxito de la endodoncia.
La pulpa contiene vasos sanguíneos y nervios. Y puede infectarse por una caries profunda o por una enfermedad periodontal.
Hay que estar alerta cuando una pieza dental comienza a cambiar de color o hay dolor al comer.
También puede ser una señal de alarma sentir molestias al tomar una bebida fría o alguna infusión muy caliente.
Su Odontólogo podrá en la mayoría de las veces, salvar el diente dañado.
Fases:
1. Diagnóstico
2. Anestesia
3. Apertura
4. Aislamiento
5. Conductometría
6. Instrumentación
7. Obturación
8. Control
Luego de anestesiar el diente enfermo, se realiza una pequeña apertura para dejar expuesto el canal radicular y la pulpa enferma.
Se remueve el tejido y se ensancha el canal radicular con instrumentos adecuados. se realizan irrigaciones para eliminar la infección.
Por último se sella y obtura todo el canal radicular.
Aquí queda concluido el tratamiento de endodoncia, pero el diente necesita ser restaurado en cuanto a su función y apariencia; puede requerir de una obturación estética, reconstrucción o corona (sobre todo en molares).
La caries es una enfermedad destructiva de las estructuras del diente y es también una de las enfermedades más frecuentes de la especie humana
La caries es una enfermedad destructiva de las estructuras del diente y es también una de las enfermedades más frecuentes de la especie humana
En el desarrollo de la caries influyen tres factores de riesgo:
1. Los azúcares de la dieta.
2. Las bacterias de la boca.
3. La existencia de dientes susceptibles o predispuestos.
Además, se necesita la colaboración de un cuarto factor, el tiempo, que es indispensable para que los otros factores actúen.
Como decíamos, para que se desarrolle la caries se necesita el factor tiempo, por lo que cuanta más edad tenga un niño, más probabilidades tendrá de presentar caries.
No obstante, en la dentición temporal o de leche, puede desarrollarse un tipo de caries particularmente extensa, que afecta prácticamente a todos los incisivos (o paletos) y que suele presentarse en niños alimentados durante largo tiempo con biberón o bien por el uso de chupetes mojados en miel o azúcar.
Inicialmente, la lesión se manifiesta como un cambio de color (oscuro o blanquecino) en el esmalte del diente.
Cuando la lesión progresa, aparece pérdida de sustancia y socavación del esmalte, lo cual da un aspecto de mancha grisácea.
Finalmente, el esmalte se rompe y la lesión se hace fácilmente detectable.
Cuando la caries afecta sólo al esmalte, no produce dolor. Si la lesión avanza y llega al tejido interior del diente, es cuando aparece el dolor, que a veces es intenso y se desencadena al tomar bebidas frías o calientes.
A medida que la infección progresa, se produce el paso a los tejidos blandos que rodean el diente, apareciendo el flemón que buscará salida hacia el exterior a través de la encía.
El tratamiento debe ser aplicado por el odontólogo o el estomatólogo y se basa en tres puntos básicos:
1. El control de la infección.
2. La remineralización de los tejidos.
3. El tratamiento de las complicaciones.
Hemos visto cómo en el desarrollo de la caries influyen varios factores. Algunos de ellos no se pueden modificar (como la susceptibilidad individual), pero sobre otros sí se puede actuar. Existen diversas medidas preventivas que vamos a tratar de exponer.
En cualquier caso, conviene tener presente que el mejor tratamiento es la prevención, y que ésta debe empezar a aplicarse desde los primeros meses de vida de los niños.
1. Medidas dietéticas. Tienen como misión disminuir la materia prima (azúcares) sobre la que actúan las bacterias. Las medidas a aplicar incluyen:
– Disminuir la frecuencia de exposición a azúcares, en lugar de reducir la cantidad total de los mismos.
– Evitar alimentos que se peguen a los dientes (chicles, caramelos blandos, etc.), por su permanencia prolongada en las superficies masticatorias.
– Evitar el uso de sacarosa. Utilizar, en su lugar, xilitol y sorbitol que desarrollan una flora bacteriana con menor capacidad de producir caries.
– En los lactantes, evitar el contacto prolongado de los dientes con la tetina de los biberones (no más de 15-20 minutos por toma). Evitar biberones nocturnos o en la siesta.
– No endulzar chupetes con miel o con azúcar y no ofrecer zumos de frutas en biberón.
– Promover la ingesta de alimentos ricos en fibra (manzana, zanahorias, etc.).
2. Higiene dental. Los padres han de asumir la responsabilidad de la higiene bucal hasta que el niño adquiera suficiente destreza.Se emplearán dos técnicas:
– Cepillado dental. Debe iniciarse tan pronto como aparezcan los primeros dientes. Se utilizará un cepillo dental apropiado para niños y se seguirá una técnica correcta. No es recomendable emplear pasta dental fluorada en menores de 5-6 años, por la tendencia a tragarla que tienen los niños a esas edades.
– Hilo dental. Es útil para eliminar la placa interdental.
3. Fluoración. Es la medida más eficaz en la lucha contra la caries. El flúor se almacena en los dientes desde antes de su erupción y aumenta la resistencia del esmalte, remineraliza las lesiones incipientes y contrarresta la acción de los microorganismos responsables de la caries.
Vía general:
Fluoración del agua de consumo. Es el método más eficaz, barato e inocuo. Produce una disminución de la incidencia de caries de hasta el 50%. Es lo que recomienda la OMS.
Suplementación individual. Es segundo mejor método, después de la fluoración del agua de consumo. Las dosis que se deben emplear dependen del flúor del agua potable y de la edad de cada niño. Los suplementos se recomiendan desde los 0-6 meses de edad hasta los 13-16 años.
Vía local:
El flúor local o tópico es compatible con suplementos fluorados a partir de los 5-6 años de edad. Además de los dentífricos fluorados, se dispone de colutorios para uso diario o semanal. Dado que existen múltiples formas de administrar flúor a los niños, es conveniente consultar con el pediatra cuál debe ser la mejor opción para cada niño.
Resinas y selladuras. Aplicadas por profesionales, son la medida más eficaz para evitar las caries de fositas y fisuras de las superficies de oclusión. Aquí podemos incluir también las fluoraciones aplicadas en las consultas de odontólogos y estomatólogos.
La odontopediatría es la rama de la odontología encargada de tratar a los niños.
El odontopediatra será, por tanto, el encargado de explorar y tratar al paciente. También se encarga de detectar posibles anomalías en la posición de los maxilares o dientes para remitir al ortodoncista, especialista en ortodoncia, y de hacer un tratamiento restaurador en caso de necesitarlo.
El tratamiento restaurador principalmente se compone de tratar los traumatismos, usar selladores, que consiste en obturar levemente los surcos y fisuras de las piezas dentales sin apenas quitar material dental para evitar posibles caries, y en tratar las caries producidas y sus consecuencias.
La principal diferencia entre la odontología habitual y la odontopediatría en el tratamiento de caries es la presencia de los dientes temporales o de leche en los niños lo cual hace que el tratamiento cambie, de forma que las lesiones ocurridas en la dentición temporal se tratarán de una manera menos conservadora y más agresiva que las ocurridas en los dientes permanentes, para evitar que, en el peor de los casos, se pudiera dar un tratamiento insuficiente a un diente temporal que luego repercutiría en su sucesor el diente permanente.
Selladores para frenar a la caries: Son resinas que se aplican sobre las caras masticatorias de los dientes. Disminuyen la probabilidad de padecer caries en los dientes sobre los que se colocan. Actúan como barreras de protección, evitan que los restos de alimentos se alojen en los relieves de los dientes. Convierten las caras masticatorias de las piezas dentales en superficies lisas y fáciles de limpiar.
Suelen aplicarse en niños de 6 a 7 años, cuando los dientes definitivos comienzan a salir.
Aunque el sellador facilita la limpieza, no se debe descuidar el cepillado, si no se efectúa una correcta higiene puede surgir una caries cerca del sellador.
La colocación de los selladores no daña el esmalte, no requiere anestesia, el dentista cepilla la pieza y la pincela con una crema, que endurece al aplicarle una luz especial.
Los selladores duran bastante tiempo, pero es necesario el control periódico del dentista para controlar su estado.
Bases y forros cavitarios:Para la base o el fondo de la cavidad se usan hidróxido de calcio, óxido de zinc eugenol que es una sustancia antibacteriana que forma dentina secundaria, ionómero de vidrio que libera flúor y, antes se usaba, cemento policarboxilato y fosfato de zinc que ya no se utilizan por ser muy tóxicos.La base cavitaria ocupará décimas de milímetros de la cavidad total realizada.
Materiales temporales:Son materiales utilizados durante un tiempo limitado hasta que el material permanente está disponible.Son: ionómeros, amalgama de plata, cemento de fostato de zinc y óxido de zinc eugenol.
Materiales definitivos: son los materiales que usaremos en las obturaciones definitivas.
La amalgama de plata: El único que podemos usar en condiciones inadecuadas como puede ser un diente difícil o dificultad para aislarlo.
El flúor: Cuida nuestro esmalte.
La Ortodoncia es una rama de la Odontología, que se especializa en el diagnóstico, prevención, y tratamiento de irregularidades dentofaciales o mal oclusión (mala mordida).
Persigue la perfecta colocación de los dientes, con sus beneficios estéticos y de salud, así como la normal coordinación de los maxilares, consiguiendo una armonía facial.
Dientes sanos que funcionan bien, y una cara equilibrada que agrada al que la contempla, repercuten en la autoestima del paciente, y en su aceptación social.
Para corregir una mala correspondencia entre la arcada dentaria inferior con la superior y / o un anómalo alineamiento de los dientes.
Los casos mas frecuentes que necesitan de tratamiento de Ortodoncia son:
1. Dientes apiñados o superpuestos
2. Sobremordidas o submordidas
3. Mordidas abierta (cierran dientes posteriores pero no los anteriores)
4. Mucho o poco espacio entre dientes
5. Dientes de más o ausentes
Es una técnica que cada vez se utiliza más, dado el actual interés por la promoción de la salud de nuestros hijos.
Cada vez es solicitada a edades más tempranas.
Las fuerzas aplicadas para mover los dientes son muy suaves, por lo que pasados los primeros días no notará nada en especial.
Si totalmente. Los aparatos de Ortodoncia no interferirán en sus actividades habituales.
Se deben seguir algunas recomendaciones a la hora de comer o de cepillarse los dientes.
No cambiarán su forma de hablar, pudiendo mantener su actividad profesional y sus relaciones sociales sin interferencia alguna.
Todos los tratamientos requieren de un mantenimiento adecuado.
Con ayuda de retenedores linguales fijos o retenedores removibles, los resultados obtenidos podrán ser estables, siendo una inversión para toda la vida.
Pueden ser causadas por:
1. Malos hábitos (chuparse el dedo, deglución con interposición de la lengua, etc.).
2. Respiración bucal (por hipertrofia de adenoides -vegetaciones-, etc.).
3. Erupción dentaria ectópica (un diente situado en un lugar diferente al suyo natural).
4. Agenesia dentaria (es la falta de uno o varios dientes).
5. Diente supernumerario (mayor número de dientes de lo habitual).
6. Displasias esqueléticas cráneo-faciales (son alteraciones congénitas de los huesos de la cara y la cabeza).
7. Problemas de espacio (ocurre cuando el hueso maxilar es aún infantil y los dientes son definitivos, que son de mayor tamaño y están en mayor número).
Se emplea en niños y adolescentes porque están en pleno crecimiento del esqueleto y con recambio dentario, pudiéndose por ello actuar sobre ambas estructuras.
Una vez terminado el crecimiento, sólo se puede actuar sobre los dientes. En las mujeres se considera el fin del crecimiento cráneofacial a los quince años y en los varones a los diecinueve años.
Aunque se puede emplear a cualquier edad, la ortodoncia es capaz de corregir la mala posición de los dientes para conseguir una boca saludable.
Una bonita sonrisa ilumina el rostro y los hace más atractivo.
El hueso de los maxilares, aunque sea muy duro, es también muy flexible. El proceso biológico implicado en el movimiento dental es el mismo a cualquier edad, por lo que los dientes pueden moverse tanto a los 20 como a los 60 años.
No se trata únicamente de coquetería, también es cuestión de salud.
Una malposición de los dientes puede favorecer la aparición de otros problemas como caries, enfermedad periodontal (encías) o problemas articulares.
La espectacular mejoría estética de los aparatos fijos de Ortodoncia (brackets)permite que hoy en día, los adultos de cualquier edad, descontentos con la apariencia y/o el funcionamiento de su boca (dientes amontonados, espacios entre los dientes, dientes salidos, etc.) dejen de sentirse limitados y acepten con normalidad la Ortodoncia.
Los brackets de cerámica, parecidos al esmalte de los dientes y sin metal visible, pasan casi desapercibidos para las demás personas, y satisfacen a la mayoría de los adultos.
Es difícil establecer a que edad un niño necesita tratamiento de Ortodoncia.
Si tenemos en cuenta que los niños entre 7 y 12 años están en periodo de cambiar dientes (exfoliar diente temporal o de leche para la llegada del permanente o definitivo), es recomendable una evaluación clínica y radiográfica alrededor de los 7 años para comenzar a observar y controlar el correcto crecimiento dentofacial durante este período.
En ocasiones, cuando existen problemas evidentes puede ser recomendable visitar a los niños antes de los 7 años para poder realizar un tratamiento precoz
Así pues, en algunos pacientes intervendremos pronto -tratamiento precoz – obteniéndose a menudo resultados inalcanzables sólo con Ortodoncia una vez terminado el crecimiento esquelético, mientras que en otros, aunque el problema sea manifiesto, recomendaremos esperar revisando periódicamente a los niños mientras erupcionan los dientes y se desarrollan los huesos de la cara.
En adultos se puede iniciar el tratamiento a cualquier edad.
Es difícil valorar exactamente los problemas a futuro, pero normalmente las alteraciones que tenga seguramente se agravarán con el paso del tiempo,especialmente en un niño o adolescente, no debemos olvidar que está en desarrollo y crecerán también los problemas dento-faciales.
Es conveniente tratarlo por dos aspectos fundamentales:
1. Si se detecta y trata a tiempo la anomalía, será tratada más fácilmente, reduciendo molestias, tiempo y coste.
2. Podríamos evitar un tratamiento óseo mas complejo (maxilofacial), evitando posibles anomalías en los huesos, que se verían reflejadas en el aspecto de la cara.
1. Ortopédicos: son elementos que actúan modificando el patrón de crecimiento de los huesos. Entre ellos contamos con las máscaras faciales y las mentoneras.
2. Funcionales: estos dispositivos modifican las fuerzas que actúan sobre los dientes desde los tejidos peridentarios (la lengua, los labios, etc.). Son útiles con esta finalidad los expansores del paladar y la rejilla lingual.
3. Ortodóncicos: son medios que modifican la posición de los dientes en las arcadas dentarias. Se usan los “brackets” (son pequeños soportes cuadrangulares coordinados por un arco de alambre), a los que se le puede añadir cualquier otro artilugio (muelle, ligadura elástica, etc.).
En esta categoría tenemos 3 tipos de Ortodoncia:
– Convencional
– Estética
– Invisible
La Estética Dental, como su nombre lo sugiere, cubre todo aquello que tenga que ver con la belleza, la estética, o el embellecimiento de sus dientes, en sus muy distintas formas y posibilidades.
La sonrisa es uno de los factores estéticos más importantes, inherentes a la persona.
Una sonrisa bonita y atractiva ofrece una imagen positiva y estimula al individuo a sonreír con tranquilidad y naturalidad.
Una boca ordenada, sana y armónica da seguridad en uno mismo.
Las coronas o fundas de porcelana son, como su propio nombre indica, un recubrimiento total del diente que simula toda la anatomía coronaria.
Su espesor oscila entre 1-1,8 mm. Se pueden confeccionar solamente con porcelana, o bien con un núcleo de otro material para darle más consistencia, como metal o más recientemente el zirconio.
Indicaciones :
Se emplean cuando se ha perdido una gran cantidad de tejido dentario, por ejemplo tras una gran caries o un traumatismo, ya que la retención de una carilla o un empaste resultaría muy difícil debido a la gran pérdida de tejido dentario.
También se emplean en casos de dientes endodonciados, para dar consistencia a todo el diente y evitar posibles fracturas, ya que los dientes endodonciados se debilitan con el paso del tiempo.
Contraindicaciones:
Prácticamente cualquier paciente puede llevar coronas, a excepción de aquellos que:
– Presenten problemas de encías en estado avanzado.
– Que el diente tenga algún problema que limite su conservación en la boca.
– Tengan excesiva movilidad dental.
1. CORONAS O CARILLAS DE PORCELANA. Las carillas de porcelana, también llamadas facetas de porcelana , son unas láminas de cerámica de grosor variable que cubren la cara frontal del diente, generalmente empleadas en el sector anterior, cuya finalidad es casi siempre estética.
Las carillas se fijan con un adhesivo sobre la superficie tallada. Precisan de fase de laboratorio. Con ellas podemos modificar la forma del diente, ligeras malposiciones, y el color. Es un tratamiento irreversible.
El gran desarrollo de las carillas de porcelana se debe a dos avances importantes:
– La posibilidad de grabar la cara interna de la carilla con un ácido y la posibilidad de usar cementos de resina que se adhieren al diente a través del esmalte grabado.
– Con la unión de ambos factores las carillas sufren un gran impulso que las sitúa en la actualidad como el tratamiento de elección en situaciones de estética comprometida.
Ventajas de las carillas de porcelana:
– Estética
– Durabilidad
– Tolerancia gingival
– Dureza parecida a la del esmalte
– Estabilidad del color
Desventajas de las carillas de porcelana:
– Mayor reducción dentaria
– Fragilidad
– Coste
2. CARILLAS DE COMPOSITE. Esta técnica es conservadora porque la preparación es mínima, se emplea para casos clínicos que presentan alteraciones en la superficie vestibular del elemento dentario, resolviéndose con un sistema de resinas compuestas fotopolimerizables de forma directa, en una sola sesión y directamente en clínica no precisando fase de laboratorio por lo que el coste es menor.
Es además necesario tener el conocimiento científico y artístico para lograr el éxito en este tipo de restauraciones.
La principal duda que se nos plantea, es su duración, ya que, la resina compuesta es susceptible de decoloración, lo que disminuye el resultado estético a largo plazo.
Se deben realizar controles periódicos clínicos-radiográficos y se recomienda un pulido anual de mantenimiento.
Indicaciones de la carillas de composite:
– Fractura diente, adyacente composite
– Alteración de color, el cual no responde a las técnicas de blanqueamiento
– Alteraciones de la forma: laterales conoides, hipoplasias…
– Dientes con múltiples restauraciones.
– Transformaciones de laterales en centrales…
– Alineamiento
– Grandes abrasiones, erosiones…
– Cierre de diastemas (espacio entre los dientes)
– Provisionales
– Pacientes jóvenes
– Mock-up (sin grabar)
Contraindicaciones de las carillas composite:
– Dientes muy oscuros
– Hábitos parafuncionales
– Dientes excesivamente rotados
– Dientes con poco esmalte
Ventajas de las carillas de composite:
– Tratamiento normalmente rápido, seguro y eficaz
– Modificas color, tamaño y posición en una sola cita
– Tratamiento reversible
– No necesitas del laboratorio, menor coste
– Técnica más conservadora, preparación mínima o inexistente
– No son necesarias impresiones
Desventajas de las carillas de composite:
– Menor resistencia que el esmalte
– Son vulnerables a la degradación y al cambio de color
– Exige habilidad técnica y capacidad artística para reproducir el contorno, la forma y la textura superficial
– Porosidades e irregularidades
– Poca capacidad para ocultar la superficie oscura del diente preparado
– Requieren cada cierto tiempo de un pulido.
3. FUNDAS DE ZIRCONIO. El principal beneficio es puramente estético, puesto que la ausencia de aleaciones de metal en las piezas permite obtener una mayor naturalidad respecto a las prótesis tradicionales.
El Zirconio como base para estructuras de cerámica cumple perfectamente todos los requisitos, material biocompatible, de alta resistencia y de resultados estéticos admirables, se ha convertido en la técnica de elección para la realización de prótesis fijas de cerámica.
El color de los dientes viene marcado por factores genéticos, pero el transcurso del tiempo y otros factores tanto intrínsecos como extrínsecos pueden variar su tonalidad, actualmente disponemos de técnicas cosméticas que nos permiten cambiar el color de los dientes dándoles el brillo y la blancura que nos permitirán tener una agradable y bella sonrisa.
Las coronas están confeccionadas de un material tan resistente que a veces pueden durar incluso más de 50 años.
No obstante, debido al desgaste natural que produce la masticación, a veces pierden la forma o el brillo. En estos casos y si el paciente lo desea, se extrae la corona y se vuelve a colocar una nueva.
Cuando no existe ninguna posibilidad de tratamiento conservador de un diente, es necesario recurrir a su extracción.
La causa más frecuente por la que debe ser extraído un diente es la destrucción por caries, y es un segundo lugar la causante es la enfermedad periodontal (la piorrea).
Sin embargo, existen otras situaciones en las que es precisa la extracción de un diente, aunque son menos frecuentes que las dos anteriores:
1. Dientes fracturados. Cuando se produce un traumatismo en la cara puede ocurrir que alguno de nuestros dientes sean afectados. Si esta fractura o rotura se produce en la raíz, por debajo de la encía, no es posible restaurar el diente o muela, por lo que hay que extraerla.
2. Extracción de dientes sanos para realizar tratamientos de ortodoncia.Ante una malposición de los dientes que necesiten ser alineados mediante un tratamiento ortodóncico, puede ocurrir que haya una importante falta de espacio. En estos casos la única manera de conseguir espacio suficiente para la correcta colocación de nuestros dientes es la extracción de alguna pieza dental, generalmente los primeros premolares.
3. Extracción de dientes para facilitar la construcción de una prótesis. Un diente o muela en una malposición puede dificultar la colocación de una prótesis para poder rehabilitar los maxilares.
4. Dientes temporales retenidos. Si los dientes deciduos o “de leche” no se recambian a su debido tiempo, pueden provocar una alteración en la posición o erupción de los dientes definitivos, por lo que deben ser extraídos.
5. Dientes incluidos (no erupcionados). Los dientes incluidos son dientes que no han erupcionados durante su período normal de erupción. En estos casos debemos descartar cualquier tipo de patología y realizar una radiografía panorámica para poder determinar la causa en este retraso de la erupción. Las inclusiones más frecuentes son las de los cordales (muelas del juicio)superiores o inferiores y la de los caninos (colmillos), sobre todo en el maxilar superior.
1. Fumar
2. Corazón o enfermedad sanguínea
3. Presión arterial alta
4. Alcoholismo
5. Mala nutrición
6. Uso de algunos medicamentos con y sin receta.
Si el diente está impactado, el dentista quitará la encía encimada y el tejido óseo para descubrir el diente.
Uusando fórceps, el dentista sujetará el diente y suavemente lo girará hacia atrás y delante. Esta acción libera el diente del hueso alveolar (mandibular) y rompe los ligamentos que sujetan al diente en su lugar.
El diente se jala y normalmente se forma un coágulo de sangre en la fosa vacía.
El dentista pone una esponja de gasa en la fosa.
Ocasionalmente el dentista colocará unos pocos puntos cerca de los bordes de la encía.
La anestesia impide el dolor durante el procedimiento, pero puede sentir algún dolor en su mandíbula una vez que la anestesia pase su efecto.
Con frecuencia las extracciones son temidas por el paciente incluso más que otras intervenciones quirúrgicas no relacionadas con la boca.
El avance de las modernas técnicas de anestesia local hace que en la actualidad las extracciones puedan ser realizadas sin ningún tipo de dolor y con el menor grado de molestia para el paciente.
Por otro lado, si hay cierto grado de miedo a la intervención existen una gran variedad de fármacos que permiten que el paciente esté relajado durante el acto operatorio y no esté en tensión o con nerviosismo.
En las primeras 24 horas después de la extracción, espere algo de hinchazón y sangrado residual.
El período de curación inicial normalmente toma entre 1 y 2 semanas. Crecerá nuevo tejido de encía y hueso en el hueco.
Tener un diente flojo puede llevar a desplazar los dientes, morder de forma inadecuada o a dificultad al masticar.
Su dentista puede intentar restaurar el área con un implante, puente fijo o dentadura postiza.
La higiene dental nos permitirá prevenir enfermedades en las encías y evitará en gran medida la caries. Pero una higiene dental se debe realizar de la forma y con las herramientas adecuadas. Además, se deberá dedicar el debido tiempo para que sea efectiva.
Lo ideal es cepillarse los dientes después de cada comida (desayuno, almuerzo y cena).
Es imprescindible hacerlo a fondo al menos una vez al día.
La producción de saliva y los movimientos linguales contribuyen a remover la placa bacteriana de las superficies bucales durante la vigilia.
Durante el sueño disminuyen la producción de saliva y los movimientos linguales, por lo que se favorece la formación de placa bacteriana si no se ha realizado una buena higiene dental.
Así, nunca podemos olvidarnos de lavar los dientes antes de acostarnos y en caso de que sólo podamos limpiar los dientes una vez al día, en este momento será imprescindible.
Para limpiarnos los dientes necesitamos:
1. El cepillo de dientes. Debe tener un cabezal redondeado y pequeño para llegar fácilmente a todos los dientes. Sus filamentos han de ser suaves y de puntas redondeadas para evitar lesiones en las encías. Si con el uso se desgastan o se tuercen no limpiarán bien, por lo que debemos sustituir este cepillo por uno nuevo. Se calcula que los cepillos duran unos tres meses en óptimas condiciones.
2. La pasta de dientes o dentífrico.Contribuye a dejarnos una mayor sensación de limpieza. Se presentan en forma de pasta o geles más o menos líquidos. Incorporan agentes detergentes, y casi todos llevan agentes saborizantes. Con esta composición su uso nos facilita la limpieza dental y nos deja una agradable sensación a limpio.Actualmente, y visto el papel tan claro que el flúor tiene en la prevención de la caries dental, es deseable que los dentífricos incorporen flúor en su fórmula ya que éste tiene una clara función en la protección frente a la caries. Existen en el mercado pastas especiales para tratar la sensibilidad dental que incorporan nitrato potásico.
3. La seda dental. No es más que un hilo de seda, en forma de cinta o cordoncillo, encerada o no, cuyo uso asegura la limpieza de las caras laterales de los dientes. Para usarla correctamente deben seguirse una serie de pasos que pueden parecer complicados, pero que en la práctica son muy sencillos y que veremos a continuación.
4. Los cepillos interproximales. Se usan cuando existe espacio entre los dientes,bien porque se haya perdido alguna pieza o bien por pérdidas de la alineación o por rotaciones dentarias. En este caso, se usan en sustitución de la seda dental para asegurar la limpieza de las caras laterales de los dientes.
La eliminación diaria de la placa debe de hacerse siguiendo una serie de pasos:
1. Limpieza de la lengua. En la lengua se acumulan gran cantidad de bacterias por lo que
su limpieza es necesaria para mantener la salud bucal. Para limpiarla podemos frotarla con
suavidad hacia delante usando el cepillo de dientes o bien usar un limpiador lingual.
2. Limpieza de los espacios entre los dientes. La limpieza de los espacios entre los dientes
(espacios interdentales) es distinta según cada situación. Si no hay apenas espacio entre los
dientes (es la situación ideal) se usa la seda dental. Si entre los dientes hay suficiente espacio
(por perdidas o por movimientos dentarios), debe usarse un cepillo especial llamado cepillo
interproximal.
3. Limpieza de los dientes. Se realiza mediante el uso del cepillo dental y el dentífrico.
Con el cepillado eliminaremos no sólo los restos de alimentos sino también la invisible placa
bacteriana. Existen varias técnicas de cepillado, que van dirigidas a limpiar las caras internas,
externas y las de la masticación.
El cepillado de dientes remueve la placa bacteriana (película delgada, pequeña, pegajosa e incolora que contiene bacterias dañinas y que constantemente se depositanforman en los dientes), y las partículas de alimento, de las superficies más profundas de los dientes.
Consulte a su Dentista para que le recomiende un buen cepillo de dientes.
Para uso general, un cepillo de cerdas suaves y con terminación curva es aconsejado, ya que permite no dañar los tejidos de la encía.
El tamaño y forma del cepillo, permiten llegar a cada uno de los dientes. Los cepillos de dientes para niños son distintos de aquellos utilizados por adultos.
Existen un numero variado de métodos de cepillado, todos ellos aceptables. Cualquier método utilizado, lleva su tiempo y debe efectuarse también utilizando una pasta dentífrica que contenga flúor.
Este cepillado debe efectuarse dos veces por día . El siguiente es un método efectivo para remover la placa:
1. Apoye el centro del cepillo de dientes sobre sus dientes con las cerdas formando un ángulo de 45° con respecto a la línea de la encía.
2. Mueva el cepillo hacia atrás y adelante en movimientos pequeños (que no exceda más de ½ diente) durante varias veces.
3. Cepille la superficie exterior de cada diente, hacia arriba y abajo, manteniendo siempre el ángulo indicado con la línea de la encía.
4. Utilice el mismo método en la superficie interna de los dientes.
5. Cepille las superficies de masticado de los dientes.
6. Para limpiar las superficies internas de los dientes frontales, coloque el cepillo verticalmente y efectúe movimientos ascendentes y descendentes con la parte frontal del cepillo.
7. Si cepilla también la lengua, refrescará su respiración y limpiará su boca removiendo las placas.
Cepillos de dientes desgastados no pueden efectuar una buena limpieza de dientes y pueden lastimar la encía. Por lo general, los cepillos de dientes deben cambiarse cada 3 ó 4 meses.
Cepille con movimientos pequeños y ejerciendo suficiente presión de manera de poder sentir las cerdas del cepillo sobre las encías. Las puntas del cepillo son las que se encargan de efectuar la limpieza.
Recuerde cambiar la posición del cepillo de dientes con frecuencia, moviendo lentamente sobre toda la superficie de cada uno de los dientes.
El cepillo de dientes puede limpiar sólo 1 ó 2 dientes por vez. Las encías pueden lastimarse en caso de utilizar un cepillo de cerda dura. Asegúrese de limpiar sus dientes por lo menos 2 veces por día, o cuantas veces recomiende su Dentista.
Los niños deben lavarse los dientes colocando en el cepillo un poquito de pasta dentífrica con flúor, por lo menos dos veces por día.